Cultura regenerativa & Buen Vivir
La ‘Sostenibilidad’ ya no es suficiente ante la crisis ambiental que actualmente ha impactado el sistema global que soporta la vida, debe existir una respuesta que permita transformar los sistemas convencionales degenerativos que abordan las soluciones de forma fragmentada, a diseños de Sistemas Regenerativos que integran todos los componentes y las relaciones entre ellos, entendiendo a la humanidad como naturaleza, no separada de ella, co-evolucionando dentro del sistema como un todo. Esto implica sobrepasar la crisis de percepción que nos ha llevado a creer que estamos separados de lo demás, y destinados a luchar unos contra otros y con otras especies para sobrevivir frente a la escasez, en lugar de prosperar apropiadamente como “simples miembros de la comunidad de la vida.”
Desde la fundación promovemos el Buen Vivir y las Culturas Regenerativas que impactan positivamente las comunidades, ecosistemas, economías regionales y la biósfera como un todo. Cuando hablamos de culturas regenerativas, usar el plural reconoce la diversidad de expresiones, ya que éstas emergen como expresiones humanas del potencial inherente de cada sitio que tiene su propia capacidad evolutiva de transformación, en cada contexto ecológico y cultural se manifiestan de manera distinta y diversa. Al mismo tiempo existen características comunes entre todas las culturas regenerativas. Sobre todo, la intención de realizar su potencial sanador y servidor al bien común de la comunidad no solo humana sino también de la comunidad de la vida entera. Es importante destacar también que las culturas regenerativas no es algo nuevo a pesar de que parece una innovación disruptiva al discurso dominante de nuestra sociedad en tantos ámbitos de la vida. Todas las culturas indígenas alrededor del mundo y por hecho todos nuestros antepasados cómo participantes en la evolución de la vida y de la humanidad se formaron en coevolución íntima con las bio-regiones y ecosistemas que habitan o habitaron. En esta línea, el Buen Vivir es un concepto latinoamericano de raíces indígenas, que promueve sistemas de vida que entienden las relaciones con el entorno de una forma regenerativa, proponiendo una alternativa al desarrollo convencional extractivo. Está basado en los siguientes principios: 1. una perspectiva biocéntrica de la vida, es decir que el ser humano no es el centro de la existencia, sino la comparte con otros; 2. la sociedad se entiende como una comunidad extendida de relaciones entre actores humanos y no humanos (animales, plantas, minerales, espíritus) que también tienen el mismo derecho; 3. una fuerte crítica a la lógica del individualismo, la racionalidad y comodificación de la naturaleza (tratarla como mercancía); y 4. la importancia a la diversidad de pensamientos, formas de expresión cultural de la vida, conocimientos, sensibilidades y espiritualidad, todas en equidad, ninguna más importante y mejor que la otra.
"El patrón sintrópico y simbiótico de la vida nos ofrece la alternativa de co-crear abundancia compartida en vez de escasez competitiva."